domingo, 30 de agosto de 2009

Crónicas del Camino Francés: Ponferrada - Cacabelos (16 km)

Como ya prometí cuando llegué del Camino de Santiago hace un par de semanas, aquí comienzan las crónicas de lo que fue un viaje para el recuerdo, tanto por la compañía y gente que conocí allí, como por los parajes y las palizas físicas.

Nuestro viaje comienzó con cinco horitas de autobús desde Madrid a Ponferrada, donde antes de emprender nuestro viaje, debíamos conseguir la credencial de peregrino de Iván.

La Credencial de Peregrino no es más que una especie de pasaporte que atestigua que su poseedor está realizando el Camino de Santiago gracias a los sellos que le van poniendo en los albergues, iglesias y más recientemente, bares. De esta forma, se puede dormir en los albergues municipales donde siempre es condición necesaria portar dicha credencial.

Los protagonistas del Camino de Santiago: Diego, Acuática, Iván y yo mismo

Nuestra mala suerte, nos llevó a encontrar la oficina de turismo cerrada (ya que era la hora de comer), por lo que tuvimos que hacer tiempo viendo los emplazamientos turísticos de la capital de la comarca del Bierzo, además de rastrear la zona en busca de un bar que nos proveyó de bocadillos para comer.

Impresionante vista del Castillo templario de Ponferrada situado sobre una colina en la confluencia de los ríos Boeza y Sil

Aquí podéis ver el Castillo de frente (y mi del tamaño de un Lemming en comparación con él)

Tras esperar a que abriese la oficina de turismo, nos enteramos que la credencial se solicitaba en el albergue municipal, así que nos pasamos por allí para conseguirla y descubrimos que nuestras sospechas sobre una posible masificación del Camino en Agosto eran ciertas: a las cuatro de la tarde ya estaba hasta los topes :S

Por ello, y sin otra opción que no fuese dormir en la calle, emprendimos nuestro viaje hacia el pueblo de Cacabelos a las cinco de la tarde con el Sol pegando fuerte.

Una de las primeras señales que indicaban el camino a los peregrinos (lo normal eran flechas amarillas hechas con spray en el suelo o en rocas)

El calor era asfixiante, pero los ánimos estaban al 200% y además, el camino de salida de Ponferrada nos hizo pasar por algunos sitios bastante bonitos.


Aquí podemos empezar a ver la maldición del fotógrafo: apenas salgo en las fotos :P

Una vez fuera, pasamos por zonas pegadas a carreteras bastante regulares, pero también pasamos junto a viñedos, caminos por el interior de bosques y explanadas como la que véis debajo donde el verde (y el sol abrasador) predominaba.



Uno de los primeros signos de que nuestra etapa llegaba a su fin fue este cartel, que indicaba que habíamos recorrido unos 15 km

Pues bien, tras otro kilómetro más, llegamos a nuestro destino: Cacabelos.
Nuestro problema principal era la hora, pues llegando a las 21:00 el albergue municipal estaba hasta arriba, por lo que tuvimos que decantarnos por una pensión privada que regentaban los simpáticos dueños de un bar.
Esto hizo que tuviésemos que pagar el alojamiento más caro del viaje: 28€ por una doble sin bañao para Diego e Iván, y 35€ por una doble con baño para Marina y para mi (era lo último que quedaba).
Aún así lo pagamos gustosamente y disfrutamos de una ducha reparadora que calmó nuestros músculos cansados por un viaje bastante agotador debido al intenso sol que nos había perseguido.

Tras ponernos nuestras "ropas de gala", es decir, chanclas y nueva muda, nos fuímos en busca de una pulpería que la gente del pueblo nos había recomendado.

Míralos que felices sabiendo que van a comer


Chicas, Diego está hecho un sex symbol, no lo dejéis escapar

Y ahora, el mejor momento del día: ¡¡la comida!!

Porque queridos lectores, el Camino es duro, pero cuando se llega a un pueblo a descansar comienza la segunda fase del viaje que acompaña al turimos rural, el turismo gastronómico :)

Lacón con pimientos: muy rico


Rabas de calamar perfectas


Mejillones al punto de picante


Unas bravas nunca pueden faltar :)


El primer pulpo del viaje (estaba bueno de sabor, pero demasiado blando), acompañado de un buen vino del Bierzo que se pimplaron entre Diego e Iván para relajar los músculos :P


Le damos un Notable a la Pulpería Compostela, ya que comimos muy bien, a buen precio y servidos por una camarea muy simpática

Y con esto se termina nuestra primera etapa. Una caminata suave que sirvió para ir calentando los músculos frente a las largas etapas que tendríamos los días posteriores, y que nos permitió conocer Cacabelos, un pueblo no muy grande, pero con su encanto :)

4 comentarios:

Miriam dijo...

Se nota que era el comienzo del viaje, qué frescos se os ve!! xD
Se nota la progresión de agotamiento en las siguientes? Aunque me consta que os mereció mucho la pena el palizón, qué lástima ser una anciana lisiada!

Thanos_Malkav dijo...

Si, se nota que la gente comienza a estar más tocada, porque aparecen las rodilleras en alguno@, las caras de agotamiento, etc.
Este primer día fue un paseo en comparación con lo que vendría después :P

Anónimo dijo...

Añadiría a lo relatado por Dani un par de apuntes.

Para empezar, descubrimos la potencia calórica de una merienda compuesta por patatas pringles y donetes de chocolate blanco. Ya hicimos la prueba y no combinan bien, no lo intentéis en vuestras casas :)

Además, desde nuestro paso por Cacabelos la gente se pregunta qué pasó aquella noche en el pueblo para que se escuchasen los más estruendosos rugidos que jamás han sonado en la llanura castellana. No ha vuelto a pasar nada igual por aquellas tierras...

Y todo esto fue solo el primer día, no queda ná por contar...

Diego.

Thanos_Malkav dijo...

Lo de las Pringles con donetes de chocolate blanco es una mezcla infame que agujerea estómagos. Lo digo por experiencia, no lo probéis :S