Publicada en 1992, se ha convertido a lo largo de los años en uno de las mejores referencias literarias cuando se habla del género ciberpunk junto a Neuromante de William Gibson.
La historia, ambientada en un futuro donde los gobiernos han dejado de tener importancia como tal, y son las megacoprporaciones o las mafias las que dominan sin piedad, nos cuenta la historia de Hiro Protagonista, un importante hacker venido a menos que se ve envuelto en una oscura trama donde los virus informáticos, la religión y los abusos de poder se entremezclan para servirnos de canal donde presentarnos un mundo increíble.
Pese a la época en la que fue escrita, Stephenshon se adelanta a todo lo que vino años después en materia de realidades virtuales como Second Life o Los Sims, pues plantea una red global denominada Metaverso, donde cualquiera puede conectarse para vivir una vida virtual en 3D donde puede ser quién quiera ser siempre que tenga suficiente dinero o suficientes conocimientos de programación.
Criado en una familia de profesores de ciencias puras e ingenieros, el autor despliega todos lo aprendido sobre informática e ingeniería en libro, y aspectos como los demonios de Linux o los compiladores del mundo de la programación son usados en numerosas ocasiones de manera totalmente coherente. Asusta comprobar que muchas de las cosas que plantea se han ido cumpliendo poco a poco, o se están cumpliendo en la actualidad.
Además de toda la componente tecnológica y de ciencia-ficción que me han hecho disfrutar enormemente, el libro también tiene una fuerte componente filosófica, ya que una de las tramas principales involucra temas históricos, mitológicos y religiosos, lo que ofrece un contraste increíble al mezclarse con lo anterior.
A mi personalmente me ha encantado el libro, más aún si lo lees pensando en la época que fue escrito. Pero si os gusta el género ciberpunk, no podéis dejarlo pasar, porque es una delicia en ese sentido.
2 comentarios:
Hum...pues tiene buena pinta...lo malo es que a mí, los libros de ciencia ficción no me suelen gustar...es decir, me gustan las ideas mucho, pero casi nunca me mola el cómo se desarrollan...
Hombre, este tiene partes que no creo que te molasen mucho, pero tienes otras (sobre todo las filosoficas/religiosas/antropológicas) que seguro que te encantarían.
Además, el prota es medio japonés y tiene ciertas reglas de comportamiento un tanto samurai que te gustarían.
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