Fue una experiencia curiosa, porque ni Acuática ni yo conocíamos a Daniel en persona, y la verdad es que fue una tarde distinta en la que hablamos sobre nuestra pasión por la escritura y la lectura, especialmente la dedicada al campo de los microrrelatos a los que últimamente les dedico parte de mi tiempo libre. Aunque también nos sirvió para leer unos cuantos textos interesantes que Daniel trajo en su portátil (tanto suyos como de otras personas).
La verdad es que siempre resulta más interesante o al menos distinto, leer textos de gente a la que conoces en persona. Supongo que ponerle cara al autor/a tiene su magia...
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