Previously on Expocomic Chronicles...
"¿Ya?" Es lo primero que me viene a la cabeza cuando el despertador suena el Domingo 4 de Diciembre a las 5:20 de la mañana. Algo en mi interior me dice que esa máquina del infierno es el mal encarnado, pero aún así le hago caso y me levanto consolándome sabiendo que mañana no habrá que madrugar (tanto).
Cuando salgo a la calle, el frío de más allá del muro golpea mi rostro. Pese a dejar únicamente los ojos al descubierto tiemblo sabiendo lo que si en un paseo de 10 minutos hasta el metro he pasado frío, las horas de espera van a ser mortales.
Recorriendo el camino de los días anteriores cual zombie sin cerebro, llego a Campo Base 1 a las 6:35 de la mañana con la recompensa de volver a estar primera división: hoy soy el número 16, y Alberto que llegó casi a la vez que yo el 17. Nuestros destinos estaban unidos ese día como lo habíamos estado Nacho y yo el día anterior...
El frío era terrible. Ni el fuego valyrio hubiera calentado nuestros huesos en esa mañana donde Los Otros seguro se reían de nosotros desde sus tronos de hielo. Es más, estoy seguro que después de las horas que pasamos ahí, si el propio Comandante Mormont de la Guardia de la Noche se hubiese presentado, nos habría felicitado por nuestra hazaña.
Aquí estamos sobreviviendo a duras penas ya en Campo Base 2. Mención especial tienen Jose (sin bufanda) y David (sin gorro) que no se como sobrevivieron a esa mañana.
Pero lo peor no fue sufrir el frío extremo, sino la decepción que nos llevamos al saber que esa mañana Campo Base 3 (la zona entre las puertas interiores y exteriores del Expocomic), había quedado vetado para nosotros.
Y os preguntaréis, ¿por qué en el peor día no os dejaron entrar? La respuesta es más complicada que la simple crueldad de Edu o Adrián (que lo son, eso no lo duda nadie). Lo peor fue que nos quedamos fuera porque la parejita que el día anterior se había intentado colar había puesto una reclamación al Expocomic porque según ellos (y si no me enteré mal), al abrir Campo Base 3 perdieron su posición en la cola, algo que todos sabemos es una patraña...
Pero bueno, el resultado final es que tras pensar que al principio se trataba de una broma, al final nos tuvimos que aguantar la última hora (de 9 a 10) en la calle buscando los pocos rayos de sol que moribundo a esas horas intentaba calentarnos.
Lo dicho: no he pasado más frío en mi vida :S
Semejante sufrimiento tuvo su fin a las 10 de la mañana cuando las puertas del Expocomic por fin abrieron, permitiéndonos quitar la escarcha de nuestros abrigos, rostros y manos, y dando comienzo a la parte sin duda más intensa del día: la elección de número.
Nuevamente, y como en días anteriores, Migliari y Sandoval se alzaban ante Alberto y yo imposibles salvo milagro: 6 para el primero y 5 para el segundo. Pero entonces las palabras de Nacho llegaron a nuestras mentes: "No se le puede tener miedo a un número 4 o 5. Si estamos aquí es para intentar conseguir a nuestros autores favoritos". Así que Alberto y yo, siguiendo los consejos del maestro Yoda que esa mañana había pasado a mejor vida (se había quedado calentito en la cama), nos la jugamos a todo o nada.
Aquí estamos con nuestros rostros de resignación sabiéndonos perdedores, aunque con un hilo de esperanza. Alberto con el 6 para Migliari y yo con el 5 para Sandoval: la suerte estaba echada.
Y aquí estamos los supervivientes de la mañana invernal (exceptuando a Adriana que fue más lista y llegó a las 9 sin sufrir congelaciones)
Los domingos en el Expocomic siempre se hacen cortos. Es el último día y por tanto sólo hay sesión de firmas por la mañana. Además, los stands te los sabes de memoria y no hay mucho que hacer. Sin embargo, la organización siempre hábil en este sentido nos prepara una clase maestra para tenernos entretenidos. El año pasado fue Ryp y este año CAFU: seguid así chicos, porque es una gozada tener al autor explicando detalles de su método de trabajo :)
Aquí tenemos a CAFU explicando una de sus páginas en el proyector. La verdad es que fue una charla muy, muy entretenida plagada de detallitos que se agradecen (como el guión original de uno de los últimos números que ha dibujado).
Tras la clase, la hora de la verdad. La sesión de firmas había comenzado y a Alberto y a mí sólo nos quedaba esperar y rezar a los dioses oscuros para que nos llegase dibujo.
En ambos casos los autores empezaron tarde: Migliari porque se puso a buscar algo en el iPad y Sandoval porque llegó un poco tarde. Alberto y yo nos veíamos más fuera que dentro :(
Y así pasó más de una hora en la que en mi caso no hacía más que babear con los dibujazos que Sandoval estaba haciendo (Spider-Man sobre todo).
Pero... ¡¡¡EL MILAGRO LLEGÓ!!! O debería decir, la organización (en este caso Edu), se convirtió en mi ángel salvador al dar 15 minutos más de tiempo para dibujar, ya que fue justo el tiempo que necesitó Rafa Sandoval para hacerme el GRAN DIBUJO que veis a continuación:
Ante vosotros: ¡el Supervisor!
No puedo decir más que GRACIAS a Rafa por extender su tiempo de firmas aún sabiendo que tenía que irse e iba con el tiempo justo. Y por supuesto gracias a Edu por salvarme el culete :P
Sin embargo, mi alegría aunque era grande se quedó un poco mermada por la mala notica de Alberto: Migliari no había sido lo suficientemente rápido y se había quedado sin dibujo. Una guarrada :(
Aquí está Alberto saboreando su número mientras yo no se que decir con mi Sandoval en la mano
Y con esto se había terminado el Expocomic 2011 para nosotros. Todos estábamos reventados y lo que nos pedía el cuerpo era disfrutar de una buena comida entre amigos y volver a casa para descansar ante el día de curro que venía al día siguiente.
Pero antes, las fotos míticas que no pueden dejarse en el tintero:
El equipo fantástico se reunió a última hora para celebrar un nuevo Expocomic: ¡qué grande eres Nacho!
Mis banderizos del Norte a los que sólo tengo la oportunidad de ver una vez al año: Adri, Jose y Javi, ¡os prometo que este año nos veremos antes del Expocomic 2012!
Aquí tenéis la reacción de Edu ante mi Supervisor: ¡se mea en él!
Pero en el fondo, este tipo es la ostia. A ver si nos vamos juntos a algún salón que ya tengo ganas de verte como friki enfermo (como tú nos llamas) y no como organización
Foto de equipo: viejas glorias y cantera. ¡El futuro está asegurado!
Y como no, la comida final en el alemán para celebrar un GRAN Expocomic por todo lo alto
Como plato final, os dejo con todo el botín del Expocomic: a izquierda los cómics firmados, a derecha los comprados y de fondo los dibujos. ¡No me puedo quejar!
¿Y ya está? ¿Así se acaba este año? Que soso...
Tranquilos, tranquilos... este año tenemos epílogo, así que no os lo perdáis ;)
2 comentarios:
Parece que me perdí el día de más frio, que lástima... ;) Me encanta ese Supervisor, que grande Sandoval. Al final un salón redondo, que para haber madrugado moderadamente te llevaste una buena cosecha.
Natán: El frío es muy bueno para el cutis, tú te lo pierdes :P
En cuanto al dibujo de Sandoval, sin duda alguna ya está en mi top de sketches de salónes :)
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