jueves, 23 de febrero de 2012

"Mi primer cómic Marvel" by Natán

Hoy tenemos otro de mis invitados cuya pasión son los cómics. Natán, autor del blog I pity the fool cuya trayectoria es corta, pero firme. En él cuida con sumo detalle cada una de sus entradas en las que analiza hasta la última característica de los cómics que se lee.

Lo conocí en el Expocomic de 2010 y desde entonces sólo puedo decir que cada vez que nos reunimos, las risas y las conversaciones apasionadas sobre cómics, libros o el último día, sobre juegos de mesa surgen sin cesar, así que mal tipo no puede ser ¿verdad?

Hoy nos trae uno de sus análisis comiqueros con mucho sentimiento y un punto de nostalgia, así que le doy las gracias por regalármelo para el aniversario :)

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¿Qué os parece? Me propone Dani colaborar con las celebraciones del aniversario de su blog y yo me pongo a escribir sobre mí. Eso es ego y los demás son tonterías.

En realidad no tanto, que seguro que lo que voy a contaros no difiere mucho de lo que vosotros, queridos lectores de este bonito blog, habréis vivido. O a lo mejor sí y resulta que soy un bicho raro… Da igual. Yo os lo cuento.

Llevo leyendo tebeos desde antes de tener uso de razón. Desde muy niño mejor, que lo mío con la razón no termina de cuajar. Evidentemente desde antes de aprender a leer. La colección de Asterix de mi padre, junto con unos cuantos (muchos) números de la colección Dumbo que rondaban por casa - en los que se editaron algunas de las mejores historias de Carl Barks- conseguían que me estuviese quieto durante horas mientras los hojeaba. Y mis padres encantados, claro. Estos números, junto con un buen puñado de Pumby, que insensatamente mi padre me prestaba, conforman los primeros recuerdos de lectura que tengo.

El siguiente paso natural fue asaltar las colecciones de mis primos mayores, compuestas básicamente de cientos de tebeos de Bruguera de la década de los 70-80 (Súper Humores varios incluidos) y algún que otro Jabato Color, que yo devoraba con fruición. En algún momento aparecieron por casa un par de Tintines que a mi padre le dio por comprar, y claro, a mi me encantaron. Y no puedo olvidarme de mi ración semanal de Don Miki, con las magníficas historias que, años después descubrí, el mercado italiano producía con la licencia Disney. En general leía cualquier cosa que cayese en mis manos, ya fuesen tebeos de la Abeja Maya, Los Picapiedra o Sport Billy. A mi me gustaban.

Pero un día todo cambió. Recuerdo perfectamente el día. Era verano, camino de algún ignoto camping del Levante en el que íbamos a pasar las vacaciones familiares, mis padres decidieron hacer una parada en el pueblo de mi madre para despedirnos de la familia. Este era un pueblo manchego en toda regla. De los de antes de Internet. Incomunicado, con sus casas de adobe, sus rebaños pastando, sus fiestas populares, sus familias tomando el fresco por la noche y sus entrañables gañanes. Y allí me pasaba yo los veranos, entre el horror y la fascinación que la fauna rural me producía, a unos pocos kilómetros de Madrid, que a mi mente infantil le parecían años luz. Por desgracia, aquel paraíso provinciano solo sobrevive en mi recuerdo, ya que el progreso y las ansias constructoras han conseguido acabar con él, mutándolo en una suerte de ciudad dormitorio. Un extrarradio del extrarradio de Madrid. EL MAL.

En aquel entonces mis tíos regentaban LA TIENDA del pueblo. Única referencia a la hora de comprar cacharros, productos de ferretería, artículos de droguería, abonos, el periódico del día, regalos, ropa interior, artículos de papelería, juguetes, calzado, chucherías y golosinas, pienso para las gallinas, los libros para el colegio o el cloro para la piscina. Y tebeos, claro. Hasta aquel remoto a la vez que cercano pueblecito llegaban, de vez en cuando, algunos números sueltos de Forum, que para mí aún eran tebeos. Lo de cómics vendría mucho después. Parece ser que estos tebeos no debieron ser un éxito entre la muchachada toledana, más dada al lanzamiento del canto rodado y la caza con escopeta de perdigones que a la lectura, y los cómics se quedaron rondando por la tienda durante bastante tiempo. Tiempo que yo aprovechaba para acercarme a la tienda de mis tíos para leerlos una y otra vez (y claro, al final más de dos y tres terminaron por formar parte de mi colección). Aquel verano del que no recuerdo la fecha exacta, mientras esperábamos a mi madre frente a la tienda de mis tíos, deseando emprender el viaje rumbo a Castellón, como buen niño que era me dediqué a dar la tabarra a mi padre para que me comprase algo para leer. Mis súplicas, que de haber ido dirigidas a mi madre habrían recibido por respuesta una tollina a mano abierta seguida de un “¡Calla niño! Que parece que te ha hecho la boca un fraile” debieron hacer mella en mi padre o en mi tía, y conseguí salirme con la mía. El resultado es el que tenéis delante:


Spiderman nº 104 de Forum. Mi primer cómic Marvel. Este cómic aún forma parte de mi colección, en el estado que podéis observar fruto de las labores de “restaurador con celofán” de mi padre. La fecha de los créditos indica que se editó en septiembre del año 1986. Así que yo tenía 5 años. Muy poca edad me parece para los recuerdos que tengo, igual llevaba en la tienda más tiempo del que yo creía. Quien sabe, la memoria es engañosa.

Lo primero que me llamó la atención de este número fue su portada. Normal, que han tenido que pasar veinticinco años para darme cuenta que es obra de Charles Vess. Cómo no me iba a gustar. Eso es tener buen gusto ya desde niño. En este número se publicaba el Web of Spiderman nº 1 USA a cargo de Louise Simonson y un estupendo Greg Laroque. En él se nos cuentan el reencuentro entre Spiderman y el simbionte alienígena, del que previamente se había deshecho gracias a la intervención de Reed Richards. Este intentaba volver a poseer al bueno de Peter Parker, complicándole su lucha con unos émulos del Buitre. ¡Como molaban! Y qué arte el de Spiderman para deshacerse de ellos y el simbionte sin perder el sentido del humor. Me quedé con el culo torcido después de leerlo. ¡Quería saber más! ¿Por qué el traje negro de Spiderman estaba vivo? ¿Qué es eso de las Secret Wars? ¿Qué ha pasado con el simbionte, y por qué salva al final a Spiderman? ¿De verdad se muere? (Pobre simbionte… ) ¿Estarán buenas las vecinas de Spiderman? (sí, de niño ya me interesaban estas cosas) ¿Por qué la tía May está tan enfadada y odia tanto a Spiderman?


Mucho tiempo tuvo que pasar para que yo encontrase respuesta a estas preguntas. Pero, en vez de espantarme, el ser consciente de que existía todo un complejo universo detrás de este tebeo, saber que tenía a mi alcance miles de historias por descubrir de este y otros personajes, hacía aún más fascinante la lectura de estos primeros cómics Marvel. No como ahora, que hace falta un reboot cada tres años para que las generaciones de retardados que nos preceden no se asuste.

A este número le siguieron más números de Forum -y alguno de Zinco- gracias a los cuales pude disfrutar de los Cuatro Fantasticos de Byrne, los Nuevos Mutantes, Nuevos Vengadores, X-Factor, Alpha Flight, las Crónicas de Atlantis… y suma y sigue hasta ahora, que heme aquí escribiendo este texto, en el que tengo que agradecer a este primer cómic de Spiderman, ser el lector que soy hoy en día y, por qué no, la persona en la que me he convertido. Si esto es bueno o malo no lo sé, en cualquier caso ¡culpad a Forum!

DETALLES DE LA EDICIÓN: Como muchos sabréis, por aquel entonces se estilaba publicar en las últimas páginas de los cómics Forum, que por aquel entonces constaban de 36 páginas, otra serie Marvel a modo de complemento. En este caso tenemos parte del número 222 de Daredevil, a cargo de Denny O´Neill y David Mazzuchelli. Manda huevos. Si me llegan a hacer esto hoy en día quemo las oficinas de Planeta (demasiado esfuerzo. Me quejaría MUCHO en mi blog). Peeeero…. Tengo que reconocer que gracias a ellos descubrí muchas historias y personajes increíbles, que en muchos casos, aún a día de hoy me siguen fascinando. En contraposición al número de Spiderman, la historia de Daredevil resulta mucho más cruda y adulta, y así me lo pareció en aquella primera lectura, en la que quedé fascinado y algo asustado por estas diez páginas en las que aparecía la Viuda Negra más alucinante que me he podido echar a los ojos. Normal, fue mi primera vez con ella.


Curiosa me ha parecido la rotulación de este número, totalmente manual a cargo de Alejandro Sales, que debía ser el tuercebotas de los rotulistas, porque en ocasiones, y según qué bocadillo queda bastante cutre. En cualquier caso, infinitamente mejor que la rotulación mecánica que se venía utilizando en otros cómics de la época. Y como escribo esto con un subidón de nostalgia, no me veo capaz de hablar mal del formato grande utilizado por aquel entonces. Me encanta (a pesar de que no sé donde meter estos cómics, que en mis cajas tamaño USA no caben). Y qué os voy a decir del precio, 140  pesetas, que no tengo ni idea si suponían mucho para le época o no.

VALORACIÓN: No soy capaz. Voy A TOPE de nostalgia.

8 comentarios:

Tomás Sendarrubias dijo...

Un gran aplauso a Natán, como narrador, no tienes precio tío. Un post genial, además, lo que hacen este tipo de escritos es que nos llevan a cada uno a nuestras historias personales, y claro... ataque de nostalgia y ansia de compartirla... Para los que vayan a seguir leyendo, recuerdo: no sé escribir cosas breves.

Mi historia con la lectura comienza un poco antes que la de Natán, más que nada por aquello de que soy más mayor. Yo no me acuerdo, pero mis padres me han contado que siempre tuve atraccion por el papel impreso, lo que pasa que con mis pocos meses de vida, en lugar de ver dibujos, me dedicaba a deshojar todo tipo de revista, tebeo o lo que fuera que cayera en mis manos. ¿Consecuencia? Mi padre vendió su colección de tebeos en el Rastro. Mortadelos, Zipi y Zape, el TBO, Diego Valor, Roberto Alcázar y Pedrín... Desaparecidos. Pero pronto mi abuela decidió redirigir ese interés, y me enseñó a leer, antes de empezar el colegio. En casa, vamos. Y una vez que supe colocar las letras en su sitio, se abrió el MUNDO. Mis primeros comics... Don Miki. Los libros que leia... pues todo tipo de cuentos, hasta que mi madre se vio saturada de cuentos... y decidió pasar al mundo de la Mitología Griega. Asi que con cuatro o cinco años, cambié a Caperucita por Atenea; lo que me condicionó a una perspectiva heróica de lo que quería leer, y me llevó a Marvel. Lo mío es menos bucólico que Natán, simplemente estaba paseando con mis padres un domingo por la tarde por el centro de Alcalá, con mis hermanos y un amigo (el típico amigo que tienes con cinco años, que va contigo a todas partes y tú vas con él), y los domingos, en la Calle Mayor, ponían como tenderetes con bisutería, dulces... y tebeos. Y yo no pedí, fue mi padre el que nos dijo a mi amigo y a mi "cogeos uno si quereis, venga". Por lo que a mi respecta, debe estar aún arrepintiéndose de aquellas palabras... No puedo enseñaroslo, ya que mi instinto conservador es mucho menor y más tardio que el de Natán, de hecho, sólo recuerdo que los dos cogimos el mismo, un tomo de Vengadores donde aparecian Dragón Lunar, Mar-Vell, la Visión, la Bruja Escarlata... Creo que era la Saga de Korvac. Aquel fue el primer disparo, y el enganche definitivo llegaría la semana siguiente, cuando ya sí fui yo el que me acerque corriendo al puesto de los tebeos y me compraron el número de Patrulla-X en el que hace su primera aparición Dazzler, y Fénix se enfrenta a Emma Frost. Eran los dioses de las historias convertidos en dibujos, allí empecé... y aun no he terminado.

Aix, que moñas nos ponemos con estas cosas. Seguro que alguien hace un post sobre "mi primera novia/novio/amor en general" y no se nos saltan tantas lágrimas...

Thanos_Malkav dijo...

Esta entrada me ha encantado porque los recuerdos de nuestros primeros cómics siempre son algo increíble, y tal como lo relata Natán, se vuelve genial :)

Así que de nuevo, ¡muchas gracias por tu participación!

PD: Otro día me curro mi propia historia nostálgica con los cómics, porque sinceramente, es complicado recordar cuál fue mi primer cómic ya que nací rodeado de ellos en casa

Txema SG dijo...

Mi primer cómic Marvel fue uno de los cuatro fantásticos de John Byrne, uno en el que había un diagrama del edificio Baxter.

Y a tope con la nostalgia, yo le dedico mucho tiempo.

Anónimo dijo...

Un placer y todo un honor haber podido participar en estas celebraciones.
Y si el texto ha servido para que se os desate la nostalgia me doy por satisfecho. Ahora seguid el ejemplo de Tomás que quiero leer vuestras historias!

The Korinthian dijo...

Vengadores de Stern, Buscema y Palmer. Ahí me dió a mí, :)

Nacho R2 dijo...

Vas a conseguir que desempolve mi blog y cuente mi historia....
Recuerdo claramente que era un Especial Primavera de Spiderman del 87 (del de los moteros)... y otro Especial Primavera de Superman, con Batman y vampiros a cascoporro, dibujado por..... Arthur Adamss!!!!!
Buena forma de desvirgarse......

Nacho

Thanos_Malkav dijo...

Pues ya sabes, ¡a limpiar el blog que lleva demasiado tiempo abandonado!

zzccff dijo...

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