Sin duda alguna, esa es la sensación que me ha dejado Fahrenheit 451 al terminar de leerlo hoy.
La base del libro, ambientado en un mundo distópico en el que la sociedad está criada para vivir sin pensar en los porqués y en los cómos de nuestra existencia, se centra en Guy Montag, un "bombero" cuyo trabajo es quemar libros por ser algo perjudicial y sin valor para la humanidad.
Hasta ahí todo perfecto: me gustan las distopías y me gusta muchísimo la idea de considerar los libros fuentes de mentiras que nublan la mente humana.
Es más, me encanta el momento en el que el protragonista se plantea porqué alguien dedicaría parte de su vida a escribir un libro, si en teoría no sirven para nada bueno.
Sin embargo, creo que Ray Bradbury no termina de madurar la historia que narra estas ideas, y en mi opinión, resulta un libro un tanto soso, ya que las cosas que ocurren no impactan demasiado al lector, sino que sigue un transcurso relativamente lógico.
Además, los personajes son bastante planos, es decir, nos describe muy bien lo que pasa por la cabeza de Montag en todo momento, pero el resto de personajes simplemente están ahí para producir más pensamientos en él, más que para interactuar (tal vez Beatty sea uno de los secundarios que tenga algo de interés).
Por otro lado, no termina de gustarme (y suele ser común en este tipo de libros), que no expliquen cómo ha llegado la humanidad a ese estado de nulidad intelectual, en el que la televisión es un familiar más y la cultura ha quedado totalmente destruida.
Eso si, si una cosa debo alabar del autor, es la capacidad que tiene para transmitir sentimientos de ansiedad al lector, aunque a veces se diluye esta capacidad debido a la manera tan confusa que tiene de narrar lo que ocurre.
Resumiendo: un libro curioso pero que de manera global me ha decepcionado un poco. Es interesante leerlo por las ideas que plantea en sus 170 páginas, aunque si hubiese sido más extenso, probablemente me hubiese terminado aburriendo.
2 comentarios:
Ains, que decepción me he llevado. Yo que tenía grandes expectativas para este libro...¡qué pena!
Si, una pena desaprovechar semejante idea...
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